Cuántas veces hemos dicho “no tengo tiempo”, cuando se trata de realizar actividades importantes como comenzar una rutina de ejercicios, capacitarnos, o invertir tiempo en mejorar nuestras relaciones personales.
En realidad el problema no es la falta de tiempo, ya que todas las personas, sin excepción, tenemos 24 horas al día y sin embargo, existen algunas personas que logran realizar mucho más actividades, con el tiempo que tienen disponible. La diferencia está en lo que cada persona hace o deja de hacer con su tiempo, la priorización de actividades.
En realidad el problema no es la falta de tiempo, ya que todas las personas, sin excepción, tenemos 24 horas al día y sin embargo, existen algunas personas que logran realizar mucho más actividades, con el tiempo que tienen disponible. La diferencia está en lo que cada persona hace o deja de hacer con su tiempo, la priorización de actividades.
Stephen Covey en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, organiza y categoriza todas estas actividades en grupos: importantes, no importantes, urgentes, no urgentes. En base a estas categorías nos muestra su reconocido esquema de cuadrantes donde se intersectan y relacionan los distintos grupos.
1. Lo importante y urgente, como pueden ser atender una crisis, una enfermedad, cumplir con la fecha límite de un proyecto importante, etc.
2. Lo importantes que no son urgentes, como la prevención de futuros problemas, por ejemplo impermeabilizar el techo de la casa para evitar goteras en época de lluvias, planear proyectos, capacitarnos y trabajar en mejorar la relación de pareja, etc.
3. Lo no importante y urgente, como pueden ser atender llamadas telefónicas o mensajes de correo electrónico, atender reuniones improvisadas, ver un evento en televisión en vivo, etc.
4. Las actividades no importantes y no urgentes, como pueden ser: ver programas de televisión, jugar videojuegos, chismear, etc.
Tener presentes nuestros principales propósitos de vida, así como los objetivos más importantes que deseamos conseguir a largo plazo, por ejemplo, si uno de nuestros propósitos de vida es formar hijos sanos y con principios y valores adecuados, deberemos entonces establecer una prioridad mayor a la convivencia con nuestros hijos y a participar de manera activa en su educación y formación y dejar en un segundo término otras actividades menos importantes como asistir a fiestas y reuniones sociales o a ver televisión.
Priorizar significa que asignaremos una mayor cantidad de tiempo en ese proyecto de vida, que tenemos Para cada persona, sin embargo, las prioridades serán distintas; lo importante es que vayan de acuerdo con sus principios fundamentales, a lo realmente es valioso para nosotras y nos hace sentirnos bien, ya que al presentarse incongruencias entre las actividades y los principios estaremos comenzando a crearnos frustraciones, problemas para cumplir nuestros compromisos con otros y con nosotros mismos y por consecuencia altos niveles de estrés, en otras palabras , canas, ojeras, y esas horribles arruguitas y arrugotas que nos salen cuando nos preocupamos, amigas cuidemos nuestras prioridades, cuidemonos.


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