miércoles, 19 de mayo de 2010

Los 7 hábitos de Covey y más Primer hábito: Sea proactivo “La proactividad significa, como seres humanos, somos responsables de nuestras vidas.



Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos a los valores. Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.

Reactividad = Estímulo y respuesta inmediata (como animales irracionales)

Proactividad= Estímulo, espacio para elegir y respuesta basada en nuestros valores

Nosotros, como personas, tenemos la capacidad de elegir nuestra respuesta, da igual cuales hayan sido nuestros condicionamientos (ambientales, genéticos, sociales, educacionales, etc), la responsabilidad última de nuestros actos sólo recae en nosotros mismos, nosotros tenemos la capacidad de elegir nuestra respuesta ante cierto estímulo.

Por ello, como nuestra respuesta la elegimos nosotros, nadie puede herirte sin tu consentimiento o como diría Gandhi: Ellos no pueden quitarnos nuestro autorrespeto si nosotros no se lo damos". Lo que nos hiere o nos daña no es lo que nos sucede, es nuestra respuesta a lo que nos sucede. Desde luego, las cosas pueden dañarnos físicamente o perjudicarnos económicamente, y producirnos dolor por ello. Pero nuestro carácter, nuestra identidad básica, en modo alguno tiene que quedar herida. De hecho, nuestras experiencias más difíciles se convierten en los crisoles donde se moldea nuestro carácter y se desarrollan las fuerzas internas, la libertad para abordar las circunstancias difíciles en el futuro puede inspirar a otros la misma conducta.

Lo que más importa es el modo en que respondemos a lo que experimentamos en la vida. De nosotros depende reaccionar como animales irracionales o como personas racionales.

La autoconciencia “Es la capacidad del hombre de analizar y pensar en sus propios procesos de pensamiento, por eso podemos crear y destruir nuestros hábitos.”
Mientras no tengamos en cuenta cómo nos vemos nosotros mismos no seremos capaces de comprender cómo ven los otros y qué sienten acerca de sí mismos y de su mundo.

Tomar la iniciativa
¿Y si realmente estamos preparados para conseguir cualquier cosa que nos planteemos y sólo depende de nosotros?

Muchas personas esperan que suceda algo o que alguien se haga cargo de ellas, que venga un ángel salvador y resuelva todos sus problemas, tienen la esperanza de que les suceda algo maravilloso por arte de magia, algo que realmente les reafirme en la idea que no tienen la responsabilidad sobre sus vidas, algo que les justifique los objetivos que no cumplen, los sueños que nunca llegarán a conseguir. Pero las personas que llegan a ocupar los buenos puestos, las personas que consiguen sus objetivos son proactivas, son personas de acción, personas que buscan y se implican en hacer sus sueños realidad, son aquellas personas que son soluciones para los problemas, y no problemas ellas mismas, que toman la iniciativa de hacer siempre lo que resulte necesario, congruente con principios correctos, y finalmente realizan la tarea, se implican totalmente en conseguir lo que realmente desean.

Todo depende de si realmente quieres actuar y tomar la iniciativa para conseguir tus objetivos o esperas a tu salvador para que actúe por ti. En realidad sólo hay un camino.

Comprometerse y mantener los compromisos

En el corazón mismo del círculo de influencia se encuentra nuestra aptitud para comprometernos y prometer, y para mantener compromisos y promesas. Los compromisos con nosotros mismos y con los demás y la integridad con que los mantenemos son la esencia de nuestra proactividad.

Comprometerse y mantener los compromisos se inicia proponiendo una meta o estableciendo un objetivo y mantener esa meta o tratar de alcanzar ese objetivo, no hace falta que sea algo complicado ni difícil, se trata sólo de iniciar el proceso de mantenimiento de los compromisos, un paso detrás de otro y avanzamos en el camino hacia nuestra meta.

Al comprometernos y mantener nuestros compromisos empezamos a establecer una integridad que nos proporciona la conciencia del autocontrol, y el coraje y la fuerza de aceptar más responsabilidad por nuestras propias vidas.
Círculo de preocupación/Círculo de influencia

Tenemos que diferenciar y analizar en qué invertimos nuestro tiempo, ya que hay cosas sobre las que tenemos control y otras sobre las que no tenemos ningún tipo de control.


El círculo de preocupación abarca todas las cosas que nos preocupan, sobre las que tenemos control directo (círculo de influencia) y sobre las que no tenemos ningún control.

Si malgastas el tiempo en cosas que te preocupan, pero sobre las que no tienes ningún tipo de control, estás perdiendo el tiempo. En cambio, si trabajas dentro de tu círculo de influencia, sobre las cosas que si puedes cambiar, entonces estás aprovechando completamente tu tiempo y puedes hacer que tu círculo de influencia crezca y que abarque más temas.

Tenemos que tener presente el espíritu de la oración de la asociación de lucha contra el alcoholismo, Alcohólicos Anónimos: "Señor, concédeme coraje para cambiar las cosas que pueden y deben cambiarse, serenidad para aceptar las cosas que no pueden cambiarse, y sabiduría para establecer la diferencia".
Las personas proactivas dedican su tiempo a trabajar dentro de su círculo de influencia, haciendo que sea cada vez más grande. Sea cual sea el problema, está en nuestras manos dar el primer paso hacia la solución. Dentro de nuestro círculo de influencia están los cambios en nuestros hábitos, de nuestros métodos de influencia, y del modo en que vemos las dificultades que no controlamos.
Por ejemplo, llegar a ser un alto directivo de una gran empresa, está claro que es un objetivo difícil, un objetivo que casi nadie consigue. Una persona proactiva enfocaría el tema dejando al lado las preocupaciones de las dificultades que no dependen de él y trabajaría dentro de su círculo de influencia, preparándose como el mejor candidato a ese cargo, consiguiendo reunir todas las características particulares que se requieran para ese cargo, al final el resultado será que el cargo será suyo, habrá ampliado su círculo de influencia tanto, que no será la persona proactiva la que busque trabajo, sino que serán las compañías las que se pelearán por contratar sus servicios, esto es centrarse en el círculo de influencia y dejar al lado las preocupaciones de lo difícil que es llegar a conseguir un objetivo tan alto.
Puede parecer muy simple, puede parecer obvio, pero el camino para conseguir las cosas es tan simple como trabajar sobre lo único en lo que tú tienes influencia, que son las cosas dentro de tu círculo de influencia.
Todos nosotros sabemos, que detrás del escudo de todas las excusas que cada uno de nosotros tenemos, está la realidad de que tenemos suficiente potencial para conseguir prácticamente todo lo que nos propongamos.
Consecuencias y errores

Está claro que somos libres para elegir nuestras respuestas ante las diferentes situaciones que se nos planteen en la vida, pero tenemos que ser conscientes que hay unas leyes naturales que nos limitan a la hora de realizar nuestras elecciones, así pues tenemos que tener claro que también hay unas consecuencias correspondientes a las elecciones que realizamos.
Podemos elegir que queremos parar en medio de la vía cuando un tren avanza a toda velocidad, pero no podemos decidir qué sucederá cuando nos atropelle.

También cuando elegimos corremos el riesgo de equivocarnos, de cometer un error
El enfoque proactivo de un error consiste en reconocerlo instantáneamente, corregirlo y aprender de él. Esto convierte literalmente un fracaso en un éxito.

T.J. Watson dijo: "El éxito está en el lado opuesto del fracaso".

Está claro que somos libres para elegir nuestra respuesta, pero cuando hacemos esa elección tenemos que saber que optamos a la consecuencia correspondiente, ya que cuando uno recoge la punta del palo, también recoge la otra.
Publicado por Raul Sanchez en

No hay comentarios:

Publicar un comentario